¿Una academia del doblaje?

¿Deberían contar los profesionales del doblaje con una Academia que protegiera sus intereses y sirviera como vehículo de promoción de su actividad? Con esta pregunta iniciamos la segunda entrada de nuestro blog, promovido por Escuela de Doblaje de Madrid (EDM), cuyas páginas esperamos que sean útiles para cuantos componen la gran familia del doblaje español: actores, técnicos, estudios de sonido, clientes y estudiantes en las diversas escuelas que conforman el rico panorama de este sector.

¿Debe el doblaje contar con una Academia similar a las ya existentes para las Artes Escénicas, el Cine o incluso la Televisión? Esta pregunta, cuya respuesta dejamos en vuestras manos a través de la sección de comentarios, nos sirve para iniciar este breve repaso al estado de la cuestión del doblaje, uno de los sectores más pujantes de nuestra industria cultural, y cuyos profesionales llevan tiempo barajando la necesidad de enarbolar más decididamente la bandera de la defensa de su existencia, calidad y perduración.

Sin duda una Academia del Doblaje permitiría potenciar una industria, y un arte, cuyos fundamentos no siempre han encontrado el reconocimiento que merecían, según se lamentan los profesionales de este sector. Y ello a pesar de la admiración que, más allá de nuestras fronteras, el doblaje español sí ha encontrado, en forma de testimonios de estima procedentes del nutrido grupo de países donde se dobla, y donde se aprecia la calidad del doblaje que se realiza en nuestro país.

Pero, respetando siempre el gusto de quienes prefieren la versión original – y más allá de rancias discusiones, como aquella que tergiversa sus orígenes en España, atribuyéndolos equivocadamente al franquismo, o la otra que exagera el papel del doblaje en el atraso secular de la enseñanza de idiomas en España; lo cierto es que existe, entre los profesionales del doblaje, desde hace tiempo una inquietud.

¿Cómo lograr mayor respeto, visibilidad y reconocimiento, en suma, para la labor de un sector tan dinámico y pujante de nuestra industria cultural?
Una actividad que no solo representa el sustento de miles de familias en todo el país – actores, directores, ajustadores, técnicos, traductores, personal administrativo y organizativo…–, sino que goza desde hace muchas décadas de la aceptación masiva del público, gracias a su contribución fundamental al acervo económico y cultural de la industria del espectáculo y el entretenimiento.

Una opción que se ha debatido en distintos momentos entre los profesionales es si el doblaje debería contar con una Academia, un espacio propio institucional que aunara a los diferentes oficios y ocupaciones del doblaje, y contribuyera a su dignificación. Una Academia del Doblaje que se integrara en el conjunto de instituciones que velan por el funcionamiento de otras ocupaciones ‘hermanas’, como la Academia de las Artes Escénicas, que representa a escritores, actores, productores, bailarines y coreógrafos, productores, músicos y estudiosos; o la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España, que ampara a guionistas, directores, técnicos y el resto de oficios del cine; o la Academia de las Artes y las Ciencias de la Televisión, que engloba a todos aquellos que se afanan en este campo.

Una institución, en suma, que, a nivel estatal, agrupara a los diferentes integrantes de la industria del doblaje, y pusiera las bases para honrar su pasado, dignificar su presente y mejorar sus perspectivas de futuro. Una academia que mejorara la relación armónica entre sus partes. Que lograra integrar a las diferentes industrias del doblaje que conviven en España.

Una Academia del Doblaje, en definitiva, que dignifique la labor y engrase la relación entre los diferentes oficios del doblaje: técnicos, directores, traductores, actores, empresas, clientes… Una Academia por el futuro del doblaje.

¿Y tú, qué opinas? ¿Debería el doblaje contar con su Academia? ¿O debería integrarse en algunas de las ya existentes? ¿Crees necesaria la unión?
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